La protagonista de esta historia jamás se imaginó emigrar de su país Colombia, tan solo tenía 16 años y sus planes eran ir a la universidad con sus amigos, pero todo cambió cuando le dijeron “te vas a los Estados Unidos”. #MiVuelo presenta a Daniela Ocampo.
Daniela emigró cuando era una adolescente, hoy con 30 años cumplidos nos cuenta su historia. En Colombia terminaba casi su bachillerato y ya se veía en la universidad, hasta que las instrucciones cambiaron y debía viajar a Carolina del Norte.
Le pegó mucho, dijo que había sido un proceso nada fácil de asimilar. Llegado el momento se encuentra con su mamá, quién había viajado dos años antes y organizó todo el proceso legal para pedirla. Para Daniela todo era distinto, una nueva realidad a la que no estaba acostumbrada, incluso veía a su madre diferente.
“Me encontré con una mujer (mi mamá) distinta, no la conocía, ella era toda una ejecutiva, corporativa, y de repente la veo haciendo otras labores, hablando de otras cosas. Cuando se emigra en núcleo familiar cada uno está en una etapa diferente y la transformación es para todos”, dijo Daniela.
De no hacer nada a hacer de todo
“Yo no sabía hacer nada, tenía quien me hiciera todo”, dijo. Es entonces cuando se enoja con su mamá, renegaba todo, el cambio tan drástico en su vida hizo que Daniela no quisiera esa etapa, de hecho, a esos cambios se le sumó el bullying sufrido en el high school. Comentó Daniela “no sabía nada de internet, además sentarse en un aula de clases y no entender ni escribir el inglés fue frustrante y en esa edad de cambios hormonales más. No seguí estudiando y me fui de la casa”.
Al irse de casa tenía casi 17 años, entonces debió buscar trabajo. Fue a un restaurante mexicano vestida muy elegante, allí le preguntaron ¿qué sabía hacer? a lo que respondió; “nada, pero tengo ganas de aprender”. En esa oportunidad laboral Daniela fue creciendo y ascendiendo, tanto que llegó a ser mánager, es así cómo empezó su carrera laboral en este país y con ese empleo un sinfín de oportunidades más en distintas facetas.
Daniela se fue a otro estado, luego regresó a Carolina del Norte, se casó, tuvo hijos, también estudió administración de empresas, estética y en estos momentos desarrolla su proyecto personal “I am empresaria”, en Instagram la ubican así @iamempresaria_ allí agrupa a una cantidad de personas en su mayoría mujeres latinas.
“I am empresaria” nace por esa necesidad de formar una tribu, de crecer con gente que hablen en su idioma, dijo “soy fiel creyente que juntas somo mucho más”. Ya tiene tres años con su empresa y le ha permitido tener libertad de tiempo para compartir con sus hijos, pareja y amigos.
Daniela finalizó el relato de su vuelo diciendo que “emigrar es como un despertar, es un crecimiento brutal, es una transición de la vida en la que todos descubrimos el ser que hay en nosotros. Muchas veces nos enfocamos en hacer y nos olvidamos del ser, de esa energía que queremos atraer a nuestras vidas”.
Gracias Daniela por compartir tu historia, una historia distinta porque emigraste joven y los desafíos fueron grandes, pero hoy te ríes, observas lo aprendido y nada te detiene hasta cumplir los objetivos. Éxitos.
Me despido hasta la próxima historia.
Adriana Henríquez