Emigrar me sacudió la vida

Salí de Venezuela el 11 de mayo de 2016, emprendí vuelo rumbo a los Estados Unidos junto a mi esposo, así comenzó mi cruzada migratoria y vivirla ha representado una gran sacudida, tan fuerte como cuando agitaba los trapos y el coleto con los que limpiaba en el hotel, sí, por allí empecé.

Sabía que dar este paso fuera de mi país tenía sus retos, ya había investigado y me habían contado muchas cosas para estar preparada, pero enfrentar la realidad es otra cosa. Sin embargo, aguanté y resistí lo suficiente para ir armando cada paso. Primero fue limpiar en tiempo récord las habitaciones de villas, veía como mis manos se deterioraban; claro, no estaban acostumbradas a ese ritmo, solo querían el teclado de aquella computadora de la oficina de Jefe de Prensa de un conocido canal de televisión en la ciudad de Valencia edo. Carabobo. Luego tocó resistir en un empleo donde la temperatura era de menos cinco grados, allí tenía que empacar frutas y vegetales.

Hice muchas cosas, la metamorfosis que viví fue tan profunda que me miraba en el espejo y ya no veía a esa Adriana Periodista que vivía arreglada, de punta en blanco para sentarse y entrevistar a políticos, veía una Adriana distinta, que cada día extrañaba a su país, a su gente y lo que hacía.

Un día decidí escribir, eso me ayudó a drenar muchas emociones, lloraba, reía frente al computador, pero invertía mi tiempo en un don maravilloso que Dios me dio. Entendí que mi experiencia como emigrante les servirían a otros y fue cuando abrí un blog. Pasaron los meses, quizás los más duros de este exilio, pero el milagro de la vida llegó, quedé embarazada, todo transcurrió muy bien, pero cada vez que recordaba que mis padres no estaban a mi lado para compartir esa magia, volvía la tristeza, las preguntas, la pensadera, quería que mi padre sintiera esas pataditas al tocar mi barriga, su nieto que tanto anhelaba. Me llenaba de fuerza pensar que llegarían para el parto, tampoco se pudo, se adelantó tanto el nacimiento de mi hijo que mis padres llegaron tres semanas después.Izan, ese es el nombre de mi pequeño.

Hoy les cuento que viví lo que se denomina “emigrar sobre emigrar”, me mudé en julio de 2019 a otro estado dentro de los Estados Unidos y eso nos hizo empezar no de cero, pero si hacer muchas cosas de nuevo. Estoy en Carolina del Norte, vivo las estaciones, en una ciudad distinta más calmada, aquí hice contacto con un medio de comunicación “Progreso Hispano News” para el que hago noticias, también sigo escribiendo enfocada en este hijo “Migrantes en Vuelo”, un proyecto que me conectó con mi pasión periodística, con las ganas inmensas de comunicar y de decirle a muchos inmigrantes que donde estemos podemos alcanzar nuestros sueños, reinventarnos, emprender, creer en nosotros mismos y nunca olvidar de dónde venimos.

Soy Adriana Henríquez y este vuelo continúa…